domingo, 10 de agosto de 2008

El Sol, justicia divina.

Es muy probable que esta frase sea de las más usadas en el verano cordobés, donde pasamos de los cuarenta grados cada estío. ¡Hace un sol de justicia! No calor, éste ya lo tenemos y en demasía, sino sol, lo que hace es sol.
Ya se sabe que por el sur somos un tanto diferentes en todo, al igual que en cualquier parte del mundo, y nos expresamos de manera poco ortodoxa.
El Sol de Justicia tiene muchas lecturas pero la primordial, o la más significativa de todas, es la importancia e influencia que ejerce sobre los seres vivos de este planeta y en otros de nuestra galaxia si la hubiera, la justicia en la vida natural.
Pero esta frase no la pronunciamos porque se nos apetece o simplemente porque se nos viene en gana. Su origen está en la biblia, en el libro de Malaquías, al mesías, a Jesucristo, se le llama Sol de Justicia por la gran influencia que tenía la religión en el idioma y en todas las cosas prácticamente, por ese motivo se le aplicó al sol físico.
Hasta ahí todo muy bien, las dudas se presentan cuando uno se pregunta qué fue lo primero, si se aplicó al astro rey por tal, por juez, o al mesías por ser el hijo de dios. Esta pregunta no tendría sentido si a lo largo de la historia del ser humano, y en las culturas más importantes, no hubieran tenido al sol como a su dios, que pasó de ser "Justicia Natural" a "Justicia Divina".

No sabríamos dejar por seguro cuál de las culturas conocidas comenzaron adorando al sol, ni cuándo, ni cómo, aunque esto último es imaginable por las características del astro y su influencia. Otra cosa es quién fue el primer intruso, el primer gobernante que aseguró ser descendiente del propio sol, cosa que todos podríamos asegurar, al menos adoptados y criados por él, pues sin su energía sería imposible sobrevivir.

Está claro que el primero en aprovecharse abrió la veda y desde entonces se han creado muchas religiones y, como trataré de exponer, todas tienen el mismo punto de partida en común, el Sol.
Para que este escrito no se convierta en una tesis interminable he insufrible trataré de andar de prisa por algunas culturas, de puntillas por otras y algunas simplemente las omitiré.
Pero antes dejaré expuesto mi punto de vista sobre el tema, puesto que soy agnóstico, no estaré influido ni condicionado por ninguna creencia religiosa, ni siquiera por simpatías, y en todo caso será por un golpe de calor, que me deje trastornado y delirando, de este sol omnipotente que flota en el cielo de mi ciudad.

Comenzaré lejano en el tiempo, por el Neolítico, donde ya se muestran en los petroglifos algunos casos de posibles barcas solares, o botes solares, es una representación mitológica del sol conduciendo una barca.
Otra representación mitológica es el carro solar, este algo más reciente que la barca y su origen se estima que corresponde a la expansión indo-europea, después de la invención del carro, allá por el segundo milenio a. C. Un ejemplo de estos carros bien podría ser el de Trundholm, fundido en bronce, en hueco, que reproduce al sol en forma de disco sobre un vehículo, tirado de un caballo, con una cara cubierta con láminas de oro sobre la que lucen orlas de espirales y círculos, Es evidente que hubo de estar dotado de un significado ritual importantísimo en esta cultura de la Europa del norte.


En la antigua Grecia es Helios (sol en griego antiguo), imaginado como dios hermoso, con una brillante aureola del sol, conduciendo un carro cada día por el cielo hasta el Océano y circundando la tierra, regresando cada jornada al Este por la noche. Curiosamente, Helios, cada vez se fue identificando más con Apolo, dios de la luz, equivalente a sol en la mitología romana, y específicamente a Sol Invictus ( el invencible sol). Este título religioso fue aplicado durante el Imperio Romano al menos a tres divinidades distintas, estas serían Mitra, El Gabal y Sol.

El festival del Nacimiento del Sol Inconquistado se celebraba cuando la luz diurna aumentaba después del solsticio de invierno en alusión al "renacimiento del sol.
Esta celebración sucedía entre los días veintidós y veinticinco de diciembre y es muy posible que la Iglesia Católica escogiera esta fecha para así erradicar la fiesta pagana, muy celebrada por cierto por los romanos.

Surya representa al dios Sol en el panteón hindú y pertenece a la clasificación de los hijos de Aditi, la diosa madre origen de todo. Surya es un dios de los Vedas, origen de la palabra española "verdad", como son denominados los cuatro textos sánscritos (que significa ¡conoce!) que forman la base del extenso sistema de las escrituras del hinduismo.

Los aztecas o Mexicas tenían a Tonatiuh como su dios sol, era considerado el dios del cielo y conocido como el quinto, no porque pensaran que había cinco cielos a la vez, sino que creían que asumió el control cuando su predecesor fue expulsado del cielo. Creían que cada sol era un dios con su propia era cósmica y que ellos aún se encontraban en la quinta, en la de Tonatiuh.

Inti es el nombre sagrado que los quechuas daban a su dios en la mitología del Imperio Inca, situado en el más alto lugar, en el primer escalafón celeste, y como en todas las culturas fue evolucionando, pero en esta ocasión hacia una personalidad más compleja y universal, absolviendo a la divinidad sin nombre que representaba a la creación y que dio paso a Viracocha, abreviado de Apu-Qun-Tiqsi-Wra-Qutra, nombre completo del dios y que simboliza a los tres elementos sobre los que se basa la creación del universo: el agua, la tierra y el fuego.

Por último entraré en las tres grandes monoteístas, aunque, según veremos, es posible que en un principio fueran henoteístas o monolatrístas esto es que se reconoce la existencia de varios dioses, pero solo uno con dignidad suficiente para la adoración.
*"A ustedes los tomaré para pueblo mío, y seré Dios para ustedes. Y en adelante conocerán que yo soy Yavé, Dios de ustedes, que quité de sus espaldas al yugo de Egipto" (Éxodo6:7).
El de los hebreos quizás sea el caso más famoso de henoteísmo. En el antiguo testamento han quedado múltiples rastros y pruebas evidentes de que creyeron en varios dioses en fases de su desarrollo religioso.
*"¿Quien como tú, Yavé, entre los dioses? ¿Quien como tú, glorioso y santo, terrible en sus hazañas, autor de maravillas?"(Cántico de Moisés después de cruzar el Mar Rojo, Éxodo 15:11).
Hay varios fragmentos que destapan esto, en los que no niegan la existencia de otros dioses, refiriéndose a Yavé como si hubiera más dioses aparte de él.
*"El mal que hicieron se volvió contra ellos y, en esto, reconozco que Yavé es el Dios más grande"(Jetró, suegro de Moisés, refiriéndose a los egipcios, Éxodo 18:11).
En las creencias antiguas hebreas los dioses cubrían un territorio determinado, dioses territoriales, de igual manera que los reyes en la tierra, por reinos. Un dios cuyo poder alcanzara el universo es posterior como tal, como concepto, y viene de la época de los profetas, quienes denostaban a otros dioses como ídolos que tenían ojos y no veían, que tenían boca y no comían.
Fue en ese periodo donde los hebreos abandonaron definitivamente el henoteísmo para transformarse en el riguroso monoteísmo de la actualidad.

Sería fácil decir que el cristianismo es otra rama del judaísmo pero, aún siendo cierto, existen otros atajos que nos llevarían por los caminos de Egipto y los faraones, por los que andaré en otro escrito, una continuación o segunda parte, para no hacer de éste un suplicio insufrible demasiado extenso.
No se me olvida el Islam, por donde se debe andar de puntillas y aunque mi ánimo siempre es el de no ofender, pensaré muy concienzudamente si debo opinar o guardarme mis opiniones, esta actitud, para algunos cobarde, no cambiarían mi pensamiento al respecto pero si lo harían sobre otros y es muy probable que en contra mía, no por lo negativo de mi razonamiento, sino por las mentes fundamentalistas que no aceptan un punto de vista diferente desde el respeto.
En fin, que el sol de Justicia no es tan fiero como lo pintan, ni tan dócil como parece, un poquito de crema por la piel, una sombrilla cerca, el mar a dos pasos de la hamaca y una limonada fresquita haciendo sudar el cristal del vaso. Con esas herramientas no temo castigo alguno, del dios Sol.


Texto perteneciente al libro: "Miradas Impacientes I".
Publicado por Ediciones Alféizar:  http://www.edicionesalfeizar.es/producto/miradas-impacientes-i/


1 comentario:

  1. Interesante lo que escribes. No sé si conoces el libro ¿Por qué no podemos ser cristianos? Y menos aún católicos, de Piergiorgio Odifreddi.
    Después de leer tu artículo creo que ese libro te gustaría.
    Por otro lado, mañana escribo una breve reseña sobre tu blog en el periódico. Espero la veas y que te guste.

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