miércoles, 17 de septiembre de 2008

Colombia y la rentabilidad de la violencia


En este, para bien o para mal, mi país de tópicos y tipismos somos muy dados a echar mano de los refranes, de las frases hechas que lo dicen casi todo con pocas palabras. Los hay para todos los gustos y muchos se adaptan a situaciones como el guante a la mano. Uno de ellos dice: "Cría fama y échate a dormir". Bien podría definir a una manera de ser, a una condición o a un sambenito. Esto último nada tiene que ver con figuras religiosas, más bien con catalogar. Es como ponerle un cartel a quien, o a lo que, corresponda definiéndolo de una manera determinada o desacreditándolo.

Esto mismo le ocurre a Colombia, que injustamente se ha convertido en un sinónimo de violencia. Digo injustamente porque nada tiene que ver con la manera de ser de los colombianos, gente alegre, pacifica, agradable al trato y siempre respetuosa, salvando las excepciones que en cualquier lugar existen.

Mucha culpa de esto la tienen los gobernantes que no atajaron o pusieron pie al problema, por no decir a la primera que ellos son los que incitan a la violencia por su rentabilidad. Esto podría sonar a extraño pero realmente el terrorismo de estado puede ser un arma electoral infalible, no es nuevo, primero prendo fuego y luego vengo de bombero. De todas maneras habría que remontarse muchas décadas atrás para entender el problema que se ha convertido en crónico, parece imposible que pueda existir una solución ante tantos asesinatos, secuestros y en definitiva violencia sin sentido, con los inocentes como víctimas, ajenos a esta vorágine sin razón donde los mismos creadores de injusticias culpan a otros que se han convertido, obligados, en los malos de esta sangrienta película de terror indiscriminado.

Realmente son malos, de ninguna manera excusaré a quien usa la violencia y los secuestros de gente inocente como arma persuasiva son las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). No defiendo su existencia pero si puedo comprender por qué un día se convirtieron en grupo guerrillero para defenderse de los asesinos paramilitares, asesinos de todo lo que oliera a izquierda, a progresismo, desde campesinos a senadores, de gentes anónimas a presidentes de partido de la oposición.
Es evidente que las FARC son parte importante de este problema llamado violencia, que mantiene al país prisionero del miedo, de que cualquiera pueda ser la siguiente víctima, el elegido para acabar secuestrado o asesinado indiscriminadamente en cualquier momento. Pero la banda terrorista tal vez sea otro tema para añadir a este puñado de miradas impacientes en otra ocasión, en ésta serán Uribe y los paramilitares los que tengan el privilegio de ocupar este articulo. Trataré de no enredarme por las ramas y dejar claros algunos detalles que no dejarán indiferente a nadie, como tampoco a mí en su momento. No es nada nuevo, son denuncias, investigaciones en su mayoría realizadas por periodistas norteamericanos donde el gobierno Bush no sale bien parado y en asuntos concretos queda al mismo nivel que su homólogo colombiano Álvaro Uribe, su principal valedor o colaborador en Latinoamérica.

Precisamente la violencia llegó a su punto más álgido en el momento de la elección de Álvaro Uribe como presidente de Colombia. La tasa más alta entre 1998 y 2002 por cada 100.000 habitantes, masacres, homicidios, desplazamientos forzados y ejecuciones extrajudiciales llegaron al 66,2%, según datos oficiales.
Pero lo curioso de estos datos es que, al año siguiente, bajaron casi diez puntos en homicidios sin que hubiera ningún tipo de política gubernamental nueva que entrara a operar en materia de protección de los derechos humanos.
Las fuerzas militares difundieron que su efectividad en la lucha contra el crimen se había multiplicado, aunque sus números fueron medidos según las bajas y capturas de guerrilleros.
Estas cifras contribuyeron a crear una confianza hacia el gobierno de Uribe pero la realidad no era más que un juego de números, al tiempo que la sociedad civil continuaba denunciando el mismo tipo de atropellos que quedaban impunes.


A pesar del maquillaje con que cubre los datos el gobierno colombiano la tasa de violencia curiosamente vuelve a subir ahora que se acercan las elecciones. Uribe se presenta como candidato y pretende cambiar la constitución para afianzarse en el poder, aprovechando el tirón publicitario de la liberación de Ingrid Betancourt, asunto que muestra algunos puntos oscuros por aclarar. El resurgimiento de la violencia tiene como protagonistas a los nuevos grupos paramilitares y ejércitos privados de narcotraficantes que han surgido en ciudades anteriormente pacificas.

Son 65 los congresistas investigados, o que están presos, por estar relacionados con los paramilitares y el narcotráfico, la existencias de las mafias en el poder es un hecho que no esconde nadie pero tampoco lo reconocen, es un ejemplo de que no quieren un cambio más humanitario en el país, algo que parece improbable.

Álvaro Uribe es uno de los más controvertidos presidentes de América Latina, que ha tomado como tema principal en su mandato la lucha contra las FARC, pero existen muchas dudas sobre sus intenciones que han quedado en tela de juicio. Cuando era gobernador de Antioquia auspició el proyecto "Convivir", una milicia comunitaria que estuvo al cargo de paramilitares, escuadrones de la muerte causantes de los asesinatos de miles de campesinos que fueron enterrados en fosas comunes y que sirvieron para proteger a los narcotraficantes. Siempre negó relación alguna con los paramilitares pero un vídeo lo compromete y fue entregado a la secretario de Estado norteamericana Condoleezza Rice, en el vídeo se ve con paramilitares, cuando era candidato a presidente, y con el famoso comandante Esteban, acusado de más de ochenta homicidios y diez masacres. Su jefe de campaña fue Juan Manuel Santos Calderón, en la segunda presidencial, actual ministro de Defensa y Miembro de la acaudalada familia Santos, propietarios de algunos medios de información colombianos, de los más influyentes, le ha permitido mantener un alto índice de popularidad. Pedro Juan Moreno Villa, difunto, fue el jefe de su primera campaña electoral y también el dueño de la empresa química GMP, considerado por los servicios de aduana norteamericano como el principal importador de granato potásico, precursor empleado en la producción de cocaína.


En 1980 era director de Aviación Civil, cargo que aprovechó para dar licencias de nuevas pistas de vuelo a narcotraficantes, sobre este tema comentó Virginia Vallejo, amante del narcotraficante Pablo Escobar Gaviria: "Si no hubiera sido por ese muchacho bendito estarían todavía trayendo la pasta de coca en llantas y nadando para llevarle la mercancía, es decir, la cocaína a los gringos". Uribe fue amigo íntimo y colaborador de Pablo Escobar, según el Departamento de Defensa de los Estados Unidos, que en septiembre de 1991 realizó un informe de 104 delincuentes relacionados con el narcotráfico colombiano. Entre los 100 de la lista figura en el numero 82 el político colombiano Álvaro Uribe, senador dedicado a la colaboración con el cartel de Medellín en los altos niveles de gobierno. El presidente colombiano estuvo vinculado a un negocio de distribución de narcóticos en los Estados Unidos.
De igual modo deja en entredicho la credibilidad de Uribe el libro de Virginia Vallejo "Amando a Pablo, odiando a Escobar", en el que pone de manifiesto la gran amistad y estrecha relación entre Pablo Escobar y Álvaro Uribe.

Otra acusación es la que tiene que ver con el financiamiento de su campaña electoral, en la que está involucrado uno de los extraditables y narcotraficante más buscado por todo el mundo, Fabio Ochoa Vasco. Otro nombre importante al que hay que sumar a tantas acusaciones es Jorge Aurelio Noguera, que trabajó en la campaña de Uribe y más tarde fue nombrado responsable del Departamento Administrativo de Seguridad y que tuvo que abandonar por ser acusado de utilizar el servicio de inteligencia para ayudar a grupos paramilitares y narcotraficantes. Por último otro apunte importante, José Obdulio Gaviria, perteneciente a su grupo de trabajo, consejero y hombre de confianza del presidente y primo hermano del desparecido narcotraficante Pablo Escobar.
Y ahora, después de todo esto, piensen lo que quieran, están en su derecho.





http://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/2.5/es/

1 comentario:

  1. Plenamente identificada con los criterios expuestos por Ud.
    Valentina
    www.lacoctelera.com/realidades

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